Erase una vez una niña alegre, feliz, divertida, con errores como todo el mundo, pero había algo dentro de ella que resaltaba con el resto de las demás personas.
Tenía una vida sencilla, tenía sus días buenos, sus días malos, sus días llenos de risas, sus días de llanto, sus días de felicidad y sus días de tristeza pero siempre te sacaba una sonrisa.
Era una chica que alegraba a todo el que se le ponía delante suya, era capaz de comprender lo que ella nunca había vivido, aconsejar a todas aquellas personas que lo necesitarán y sacar una sonrisa en los momentos más difíciles.
Ella estaba enamorada y estaba dispuesta a luchar por ese amor, por ese chico. Él es diferente a ella, vidas totalmente opuestas, pero ella confía plenamente en él, todo el mundo lo ve diferente como una persona sin corazón y sin embargo ella, ve algo en él, ve realmente quien es él. Él lo valora aunque a ojos del resto no sea así.
Él se pone nervioso porque ve algo en ella que realmente le fascina.
Hay un miedo entre ellos que les separa, miedo a críticas, a opiniones, a las situaciones y a lo que pueda llegar a pasar....
Sus vidas se cruzan día tras día. Y lo que ellos no saben es, que ambos se encuentran en la misma situación, que sus miradas les delatan y que están enamorados.
Ahora, piensa en quién te has acordado al leer esta pequeña historia y pregunta te:
+ ¿Realmente merece la pena tener miedo?.
- Quien no arriesga no gana, no lo olvides.
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