La pesadilla del mal, es la sonrisa.

martes, 25 de septiembre de 2018

¿Cuál es tu triunfo?

"La felicidad no está en la comodidad, está en el servicio"

Y si pensamos lo contrario, nos equivocamos. 

Para ser feliz, aunque suene irónico, tienes que renunciar. Renunciar a todas esas pequeñas cosas que pueden parecer increíblemente atractivas, pero que solo duran un instante y a la larga ni valen, ni merecen la pena. Renunciar a lo superfluo para profundizar en lo importante, en lo que a día de hoy te cuesta mucho hacer pero que el día de mañana agradecerás haber hecho. Renunciar a lo que me apetece hacer por darte a los demás, por dar un servicio donde el amor sea la base de todo. 

Es importante tener muchas cosas que llenen tu tiempo y te lo enriquezcan, pero la verdadera felicidad está en el momento en el que cierras la puerta de tu casa y sientes que para toda la vida estés donde estés, y pase lo que pase fuera de esa puerta,  estas en tu hogar y con una familia de verdad. ¡No hay mayor fortuna que sentirte feliz en tu casa!. 
Pero es importante saber que todo eso se consigue por servicio, renuncia y amor, y que si quieres lograrlo tendrás que lucharlo. 

Estamos en la epoca del año en la que todos los comienzos son complicados, inicios de curso, fin de vacaciones donde todo era maravilloso, porque no existía responsabilidad de ningún tipo más que disfrutar de los planes veraniegos que tanto nos encantan a todos... 
Y son en estos momentos en los que no podemos olvidar estos pequeños detalles, no podemos olvidar porque hacemos lo que hacemos y para que lo hacemos, no podemos olvidar, que necesitamos cerrar los ojos y pensar ¿cómo me veo de aquí a un tiempo? y ¿qué tengo que hacer para lograrlo?, no podemos olvidar que sin ganas y sin dar lo mejor de nosotros mismos no conseguiremos nada más que llegar a la mitad de un camino soñado en vez de al sueño deseado. 

Es el momento de empezar, nuestro propio triunfo. 

domingo, 23 de septiembre de 2018

La ciudad del viento

Al cerrar los ojos siento la fuerte brisa que alborotaba mi pelo y penetraba en cada rincón de mi cuerpo consiguiendo un escalofrío. Esos paseos por avenidas con la guitarra a cuestas, los auriculares, el abrigo, la bufanda y un café calentito. Esos descansos de coca cola que los llenaba su gente. Esas quedadas en las que no había cotilleos, criticas o "complots", estaban ricas de risas, consejos y diversión. Esas personas serias, cabezotas y nobles del norte que me ayudaron a encontrarme a mi misma, a sacar lo mejor de mi y a enseñarme que es la lealtad y  una amistad de verdad. Esa rutina que tan bien me sentaba. Esas amigas que se convirtieron en hermanas. Esos pocos pero intensos momentos contigo. Esos ratos en silencio y de rodillas. Esas largas tardes frente a la reina de todos ellos. Esos días de soledad y desesperación. Esos ratos en los que echaba de menos mi tierra. Ese día de nieve que me volví una niña. Esos eternos agobios para coger trenes. Esas clases y esas experiencias universitarias. Esa despedida tan amarga.

Todos me hablaron mal de ti, todos me juzgaron y me dijeron que posiblemente me arrepentiría de ir allí, pero me ayudaste, fuiste lo que yo necesitaba, sino hubiese sido por ti yo no sería quien soy ahora, no valoraría las cosas como las valoro ahora, no tendría claro mi futuro y lo que a día de hoy es tan importante para mi. 
No hay cosa que más ilusión y más me apetezca que volver allí. Siempre serás un bonito recuerdo que me cambió y me dio la clave para mi vida. 

Zaragoza, la ciudad del viento, siempre estarás en mi corazón. 


Vive cada momento como si fuese el último, valora lo que tienes en cada instante, enriquécete de cada rincón, aporta lo mejor de ti a cada lugar al que vayas, aprende de todo lo que veas, alégrate de cada cambio, supera las preocupaciones y dificultades de cada lugar, se fuerte en las despedidas, y nunca olvides porqué estas en el sitio en el que te encuentres;

Lucha por hacer de cada momento, un momento único. 

martes, 11 de septiembre de 2018

Yo he fracasado y me encanta.

¿Y si no doy la talla?


Este es el tipo de pregunta que te haces una y otra vez, día tras día, ante situaciones inciertas o difíciles para ti. Por miedo al fracaso.


Yo he fracasado, he fracasado muchas veces y me encanta.
El miedo al fracaso nos paraliza, y a veces nos paraliza tanto que somos capaces de dejarlo todo e ir a lo seguro, sin arriesgarnos; nos quedamos bloqueados, y nos volvemos incapaces ante toma de decisiones. Y todo por este miedo.
Te rindes antes de saber si has triunfado y te quedas en el mismo sitio siempre. No te esfuerzas, no te superas.
El miedo a la decepción lo tenemos todos, el miedo al que dirán, a lo nuevo, a lo diferente, al enfrentarte a lo que más te cuesta...
¿Te piensas que eres el único?.

A veces, cuanto más te esfuerzas, más fracasas. Pero, nunca olvides que todo esfuerzo tiene su recompensa, que a cada fracaso debes de sonreírle y cuanto más te cueste, más le sonríes.
Debe de ser una lección para ti, que te enseñe a ser más fuerte y que saque lo mejor de ti. Que consiga que jamás te rindas hasta lograr lo que quieres. Que te ayude a ser más humilde y a querer más.

Cada vez que te sientas un fracasado, recuerda lo afortunado que eres en otras mil cosas y que gracias a ellas, seguirás fracasando, pero cada vez un poquito menos y acabarás triunfando.
Todo depende de ti, de tu actitud, de tu vida, de tener claro qué quieres.
Prefiere equivocarte a arrepentirte.

"Solo aquellos que se atreven a tener grandes fracasos terminan consiguiendo grandes éxitos" W.S.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Para mi "colega".

Hacía tiempo que no me atrevía a releer una de sus historias que tanto me enseñaban.

"Si quieres triunfar en esta vida esfuérzate y lucha por todo lo que vale la pena, tanto las pequeñas como las grandes cosas, pero nunca te rindas"

...estaba completamente perdido y no lo sabía. Vivía muy feliz, me lo pasaba en grande pero ignoraba todo lo relacionado con el amor, me daba miedo; hasta que apareció ella. Algo se despertó en mi, un sentimiento que tengo que confesar que estaba protagonizado por pánico, mucho pánico, pero hay algo que me decía que merecía la pena, aposté por ella y a día de hoy puedo decir que no me equivoqué. 
Hoy en día, no se valora una relación, no se valora lo importante que puede llegar a ser la mujer de tu vida. Esa mujer que cada vez que la ves sonríes aunque no quieras, esa mujer que cuando la miras el mundo se para porque ves que quieres pasar el resto de tu vida con ella y que cada día que pasa lo tienes más claro, esa mujer que incluso sus defectos los ves oportunidad para mejorar juntos y aunque te ponga de los nervios te encanta, esa mujer que ha conseguido ser un apoyo real para ti, esa mujer por la que yo daría todo por verla feliz porque no soportas verla triste, esa mujer por la que yo me enamoré y a día de hoy solo me puedo arrepentir de haber sido cabezota y no haberla hecho reír más veces porque me encanta su sonrisa y de no haberle dicho más veces "cosas bonitas", porque se que le encantaba. 
A día de hoy, no seré un "machote" por escribir estas cosas y decirte cosas de tu abuela como te digo, pero he sido un autentico afortunado, cosa que otros "machotes" no han conseguido.
Está claro que he pasado por momentos difíciles y que la vida no es un camino de rosas, pero a pesar de su  femenina forma de ser que a veces no entendía, sin ella mi vida no hubiese sido igual; me di cuenta un día que discutí con ella, me ponía de los auténticos nervios, pero cerré los ojos y me imaginé que sería de mi sin ella y la verdad que podía sobrevivir perfectamente, pero pensé que la vida es un viaje y que si a ella le pasaba algo me moriría porque la quiero con toda mi alma, me vuelve loco y aunque se que hay mil mujeres más se que nadie me entenderá y me respetará tan bien como lo hace ella porque soy un hombre auténticamente complicado y que a mi edad solo ella ha conseguido completarme y por ello la querré y la haré feliz cada día hasta que mis circunstancias vitales me lo permitan.
Mi querida "colega", se que te encantan estas historias, me recuerdas mucho a ella, esa sonrisa... tienes algo especial. Nunca me dijo que no e hizo de sus grandes esfuerzos que nuestra vida haya salido poco a poco adelante, aprende de ella, tienes un ejemplo único. 
El amor para toda la vida existe, solo tienes que ser tu misma, buscarlo, cuidarlo y lucharlo, así, no fallarás jamás...  Feliz Dulce nombre de María.

Han pasado años pero estas palabras, esta historia, la llevaré conmigo siempre.
Siempre merece la pena.