La pesadilla del mal, es la sonrisa.

martes, 19 de diciembre de 2017

Vive la Navidad.

Se iluminan las calles, empiezan las cartas, las compras, los regalos, la ilusión, el turrón, las grandes comidas, los brindis por aquellos que se fueron.
La magia viste de felicidad y se encienden nuestros sueños, 
Celebremos el momento, comparte el corazón con todos los que sufren y regala un poco de tu tiempo a los que más lo necesitan.

Vuelve a ser un niño y sueña como ellos con lo que vendrá, con el corazón sincero, pinta de color lo que quede en blanco y negro, desconecta de las preocupaciones, siéntete afortunado por la suerte que te ha tocado, porque aunque haya problemas puedes disfrutar de la Navidad, disfruta con los que más te quieren, haz de esta época del año una época de ilusión y alegría, llenando tu camino de luz . 

Haz que lo imposible se pueda alcanzar, aprendiendo de nuevo a mirar.

Aprende a ser feliz, haz un esfuerzo por serlo, por hacer a la gente feliz y VIVE la Navidad, aprende que la felicidad no está en los regalos más caros o en las Navidades más espectaculares, sino en compartir la ilusión con gente especial. 

¡Se feliz y vive la Navidad!

viernes, 15 de diciembre de 2017

Lo grande está escondido en lo pequeño.

Abrirte la puerta, dejarte el sitio, invitarte a cenar, acariciarte, besarte, cogerte de la mano, respetarte, decirte un piropo, escribirte un mensaje, llamarte por teléfono, abrazarte; pequeños detalles que esconden grandes cosas y que ya no se cuidan.

Si cuidas lo importante, el resultado será brillante. Encontrarás el sentido de la vida. Encontrarás que es amar y que es ser amado porque aunque no le des importancia y pienses que es algo que no va contigo, el amor mueve el mundo no solo te encontrarás a ti mismo sino que encontrarás a esa persona que no esperabas y te hará feliz.

No necesitas grandes cosas para ser feliz, necesitas encontrar lo grande en lo pequeño.

lunes, 11 de diciembre de 2017

No lo dejes escapar, merece la pena.

Las personas que hacen de tu mundo algo nuevo, son aquellas que permanecen.
Quienes te reconfortan, te sacan sonrisas, te sosiegan y te mantienen fuerte ante la vida. Con ellas las relaciones son sólidas, fuertes, consistentes y leales. 

La gente buena es la que muestra sinceridad, la que aprieta tu mano y cuando te mira a los ojos llega hasta el corazón. Su sola presencia emociona, porque respetan, porque no juzgan y porque pase lo que pase, siempre dan la cara. Por eso, son aquellas personas que hacen de tu mundo algo increíble, único e irrepetible.