
Escuché como él le decía a un viejo amigo, con una agradable
sonrisa, como se encontraba ella y como decía que con verla sonreír una vez al
día le bastaba; "Ella me ha soportado, esperado y cuidado durante toda mi
vida, no me ha dejado solo nunca, ni en los momentos que más agobiado he
estado, ahora me toca a mi".
Hoy, sin embargo, miras a un lado y a otro y tan solo ves matrimonios que seguramente en poco tiempo, dejen de ser lo que son para convertirse en
auténticos desconocidos. ¿La razón? Puede que 'lo siento, me he cansado de
estar contigo'. Pero al fin y al cabo excusas, puede que sea una infidelidad
escondida o simplemente que el amor acabó sin más, porque sí, hoy día el amor
se gasta como una vela cuando quieres apagarla porque no tienes ganas de continuar
teniéndola encendida. Pero, ¿dónde se encuentra la verdadera felicidad?; ¿En el
amor para toda la vida como el de aquella pareja de ancianos o en el amor
cambiante y libre?
Hoy no hay paciencia, no queda fuerza ni ganas para continuar con
algo que es costoso, que no es fácil y que necesita de tu tiempo.
Hoy el amor duele pero...¡espera! ¡qué cosas tengo! ¿hay amor?
Porque si lo hay, puede que no se le de la importancia que tiene. Somos
capaces de tener varias personas en el corazón y una relación abierta. Hoy
nadie da el cariño, la libertad y el respeto que realmente merece la pena, el
compromiso nos aleja y preferimos tener cariño esporádico, preocupaciones con
unos y otros, sin tener algo especial y único con alguien en concreto, porque es
lo que hoy 'mola'. ¡Qué pena!
Así que sigamos la nueva tendencia, ¿no?, que los novios, parejas
o matrimonios están pasados de moda.
Aunque bueno, a mi mejor: ¡Llámame bicho raro!, viviré feliz en un mundo de
fantasía, luchando por ese amor y esa sonrisa para toda la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario