Entre cervezas, cigarros y risas con amigos se encontró frente a él, no se lo podía creer, había pasado tanto tiempo.
No supo reaccionar, se quedó parada, seria, bloqueada. Eran tantos los errores cometidos, que le suponía un mundo poder mirarle a los ojos.
Tenía tanto que decirle y no le salió ni una sola palabra. Solo pudo mirarlo y con esfuerzo sacar una pequeña sonrisa. La mano de él acarició su pelo, mientras en sus tripas recorría un incomodo nerviosismo, señal de amor, cuando de pronto despertó, miró el reloj y un día más eran las cinco mañana.
Pero ella, sigue luchando.
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